Cabildeo y Responsabilidad Social Empresarial

El trabajo de cabildeo depende altamente del nivel de reputación de la empresa y los trabajadores.

El cabildeo es una actividad en la cual una organización lleva a cabo acciones para influir en el poder político a través del relacionamiento con los entes gubernamentales, el aporte de información y conocimiento, el diseño de la agenda pública y el seguimiento de la actividad legislativa para monitorear los intereses particulares e incidir en los generales.

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El trabajo de cabildeo depende altamente del nivel de reputación de la empresa y los trabajadores. En algunos casos, el cabildero ejerce representación en nombre de las empresas clientes ante ciertos tomadores de decisión, por lo que la firma y el consultor deben tener una hoja de vida libre de investigaciones o condenas por corrupción, que brinden una confianza pública. Igualmente, la ausencia de unas reglas del juego claras (es decir, la ausencia de una regulación), puede generar prácticas de competencia desleal a partir del uso de estrategias contrarias la ley o a la sociedad y de esta forma, consultoras que tienen un código de ética serio para el ejercicio, pueden quedar por fuera del mercado al no lograr los mismos resultados que sus competidoras desleales.

Es imprescindible entonces, para la sostenibilidad económica como para la reputación del negocio en el país, disponer de unas reglas del juego claras que permitan ejercer de manera ética y transparente el cabildeo.

El cabildeo se ha abordado como una actividad técnica en la que existe un intercambio de información para nutrir los procesos de decisión y de esta manera obtener leyes y normas elaboradas (Angulo Cardona, 2016), es decir, una actividad central e ideal para el desarrollo económico de las empresas.

Los planteamientos anteriores en relación con la generación de valor económico y social a través del ejercicio del cabildeo, pueden vincularse con la conceptualización de valor compartido propuesto en Creating Shared Value (Porter & Kramer, 2011) entendido como la creación de bienestar significativo para la sociedad que al mismo tiempo es valioso para las compañías. De esta manera, y como lo proponen Judd (2012) y Bonardi et al. (2006)…….

El cabildeo puede ser concebido como un contrato social en el que empresas y sociedad pueden conciliar sus intereses y generar una relación de ganancia mutua.

En cabildeo se ha estudiado como una forma de incidir en las regulaciones para hacer de estas, herramientas que faciliten la operación de las empresas. También se ha estudiado como una estrategia más allá del mercado para posicionar a las empresas en la arena política y de esta forma conciliar intereses entre empresa y sociedad. Sin embargo, son pocos los estudios relacionados al conflicto de agencia que puede producirse a través del cabildeo y hacia la búsqueda de sostenibilidad del sector.

La práctica del cabildeo tiene en sí misma una serie de conflictos de intereses que pueden afectar a la sociedad como un todo y a cada uno de los actores. Pues tanto en la relación empresa– cabildero y cabildero–tomador de decisión, existe un actor principal que designa como agente a un segundo para actuar en nombre de o como representante de su interés. En este sentido, existe un conflicto en la toma de decisiones pues el cabildero es el delegado del empresariado ante los tomadores de decisiones (congresistas) y los congresistas son los delegados por el pueblo para la representación de sus intereses ante el sector público.

Sostenibilidad y RSE: gestión de impactos de las empresas y sus actividades sobre la sociedad.

El concepto de responsabilidad social empresarial (en lo consecutivo RSE) ha evolucionado en las últimas décadas. En primer lugar, la RSE fue concebida de manera filantrópica y desde la ética de los negocios. A la luz de Perdomo & Escobar (2011), en sus inicios la RSE respondería a las necesidades de la Gran Depresión (1929) y la sociedad de la posguerra (II Guerra Mundial), donde se les exigiría un mayor compromiso social a las empresas. De esta manera, el concepto evolucionó hacia la orientación social de las empresas y el impacto de esta noción sobre la estrategia competitiva de las organizaciones.

Posteriormente, en la década de los 60 la ola conservacionista y ecologista suscita una serie de discusiones ambientalistas que son recogidas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1972 en la Conferencia de Estocolmo, que comprometería a las naciones con la gestión responsable de los recursos naturales y el respeto por los Derechos Humanos.

La ONU, en 1984, reuniría a la Comisión mundial del medio ambiente y desarrollo por primera vez, con el fin de formular una serie de recomendaciones para los países miembro para promover el cuidado del medio ambiente, y de esta forma asegurar el futuro de la humanidad.

De esta manera, en 1987 dicha comisión presentaría el informe “Nuestro futuro común” que sería el precursor del concepto de sostenibilidad pues definiría el desarrollo 9 sostenible como la “satisfacción de las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las propias”.

A partir de esta conceptualización, y a la luz de la evolución del concepto de responsabilidad social corporativa ha ido de la mano del surgimiento de algunos instrumentos que pretenden estandarizar la manera en la que las empresas presentan su rendición de cuentas, como el Informe GRI (Global Reporting Initiative), el Pacto Global de las Naciones Unidas (1999), los estándares de la ISO 26000, las guías de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para las empresas multinacionales, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre otros. Así, el desarrollo sostenible se ha constituido como un modelo económico en el que las empresas gestionan sus impactos con sus grupos de interés.

De esta manera, la sostenibilidad está relacionada con las decisiones tomadas desde el gobierno corporativo. Dado que el cabildeo hace parte de una estrategia más allá del mercado que complementa la estrategia corporativa, es ideal que cada empresa se haga responsable de los impactos que genera su incidencia o influencia en los tomadores de decisiones públicas (que son también parte de sus grupos de interés).

Muchas de las políticas que son objeto del cabildeo están relacionadas con los impactos ambientales de las industrias, los derechos laborales, la salud pública, la competencia, la tributación, entre otros temas transversales que inciden en los intereses de los ciudadanos (de la sociedad) y las ciudadanas corporativas.

En este sentido, las empresas que utilizan el cabildeo solo podrán seguir el curso de la sostenibilidad si en sus análisis de materialidad tienen en cuenta los riesgos e impactos que el cabildeo genera sobre sus grupos de interés (incluyendo a comunidades, sociedad como un conjunto y tomadores de decisión).

Fuente:https://repository.javeriana.edu.co/bitstream/handle/10554/52735/VELA

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