Prácticas sustentables

Las prácticas sustentables son actividades que se integran al desarrollo de las operaciones de una empresa con la finalidad de reducir el impacto que el desarrollo de estas tiene en el medio ambiente.

Debido a la creciente atención y preocupación que la sociedad está prestando al cuidado del medio ambiente, las organizaciones se han visto obligadas a responder a estas preocupaciones, integrando prácticas sustentables a sus operaciones y procesos (Lieb y Lieb, 2010; Srivastava, 2007; Vargas, Doria y Álvarez, 2017).

El medio ambiente ha carecido de importancia por muchos años, el uso indiscriminado de los recursos y la contaminación se ha desarrollado de manera paulatina e inadvertida, y es hasta hace escasas décadas que el daño generado fue notorio para el mundo, es alrededor de los años setenta que la comunidad científica comienza a estudiar la problemática ambiental y la evidencia al mundo, lo gobiernos alrededor del mundo comenzaron a darle una mayor importancia a su protección, se formularon programas y leyes enfocadas a este fin (Lieb y Lieb, 2010; Srivastava, 2007; Vargas, et al. 2017).

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Este Distintivo es un reconocimiento a su empresa ante sus principales grupos de interés, evidenciando que asume voluntaria y públicamente el compromiso de implementación y mejora continua de una gestión socialmente responsable, como parte de su cultura y estrategia de negocio.

Las organizaciones constituyen una parte importante de la estructura social, por lo que también han tenido que integrar el aspecto ambiental a sus operaciones y generar prácticas que sean eficientes y efectivas sin que generen algún daño al entorno en donde se desarrollan las mismas, esto originó un nuevo enfoque en la administración denominado administración ambiental, bajo este nuevo enfoque una de las áreas que acaparado la atención es la cadena de suministro, ya que en esta se da el movimiento y flujo de materia prima, capital e información entre las diferentes partes que interviene en la oferta de un producto, esta va desde el proveedor de materia prima hasta el consumidor final, la integración de la sustentabilidad a las diferentes operaciones y procesos de la cadena de suministro se conoce como cadenas de suministro sustentables (Abbasi y Nilsson, 2012; Ahi y Searcy, 2013; Min y Kim, 2012; Seuring y Müller, 2008; Srivastava, 2007; Vargas, et al. 2017).

Entre las décadas del 50 y 60, la teoría del desarrollo que se venía aplicando desde la segunda guerra mundial, comenzó a modificarse dado que el crecimiento económico no resultaba suficiente para garantizar el desarrollo sustentable, esto se vio plasmado por los países.

Las organizaciones que, si bien lograron crecimientos económicos importantes, no reflejaron mejoras relevantes en índices sociales y ambientales (Marchet, Melacini y Perotti, 2014; Watson, Pelkey, Noyes y Rodgers, 2016). Otro aspecto que contribuyó a este cambio de perspectiva fue la toma de conciencia a nivel internacional de las consecuencias a las que podía conllevar sistemas de producción poco amigables con el bienestar de la sociedad y el medio ambiente, así como la sobre explotación de los recursos naturales (Watson, et al. 2016). Se considera que este pensamiento pasó de una simple asociación del crecimiento económico con el desarrollo, que se mantuvo hasta los primeros años de la década de los 60, a una profunda, creciente y sostenida preocupación por el uso de los recursos naturales, provocando el surgimiento de un nuevo periodo en el cual se fueron incorporando de forma progresiva, los elementos relacionados con la inquietud de asociar el desarrollo con indicadores sociales como los niveles de educación, salud o asistencia social; y ambientales, como la reducción de la contaminación, mejor uso de los recursos y el manejo de los residuos industriales, por mencionar algunos (Marchet, et al. 2014).

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En consecuencia, durante la década de 1970 surgió una nueva mirada sobre la cuestión ambiental, vinculada con un cambio en la sensibilidad social y empresarial, es decir, la capacidad de ver problemas que, aun cuando existentes en años anteriores, no eran percibidos social y organizacionalmente como los problemas ambientales. Es en esta etapa donde las empresas comenzaron a percibir el daño y riesgo ambiental como objeto de preocupación (Watson, et al. 2016).

Marchet et al. (2014) señala….. “que los riesgos ambientales poseen una tendencia inseparable a la globalización, es decir, los riesgos modernos en su expansiva dinámica desconocen las fronteras y cualesquiera que fueren sus efectos, los riesgos suelen tener gran incidencia en la calidad de vida de los seres humanos.”

Dentro de la década los 70, lo ambiental surge como una de las grandes preocupaciones de la empresa industrial moderna, de ello da testimonio la Cumbre de Estocolmo sobre el Medio Ambiental Humano en la cual se le dio lugar un reconocimiento más amplio de la problemática ambiental, introduciendola en el contexto más general de contradicciones y crisis centrales de las organizaciones (Adnan, Nordin, Rahman y Noor, 2017).

Para finales de los años 80, el concepto de desarrollo sustentable comienza a gestarse, por lo que el uso del término sustentabilidad surgió a partir del Informe de Brundtland (1987) titulado “Nuestro futuro común”, el cual fue elaborado por la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas y presidida por Gro Brundtland, primer ministro de Noruega, el cual tenía como principal objetivo alertar a los países respecto a la preocupación por los recursos naturales y humanos, así como la preservación y protección de los mismos, para asegurar su existencia en un futuro (Marchet, et al., 2014).

De acuerdo con lo anterior, la sustentabilidad se define como “la satisfacción de las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades” (Brundtland, 1987, p. 1), lo cual envuelve diversos aspectos que deben ser gestionados de forma proactiva por las organizaciones.

A partir de 1997 el debate sobre el desarrollo sustentable o sustentabilidad fue tomando gran relevancia y se sentaron las bases para el desarrollo del nuevo concepto hacia la sostenibilidad, esto a través del documento llamado Educación para un futuro sostenible: una visión transdisciplinaria para una acción concertada (Elkington, 1997), elaborado por la UNESCO y el gobierno de Grecia.

A su vez, Ai, Hon y Sulaiman (2015) definen el concepto de sustentabilidad….” como una estrategia de negocio enfocada a generar beneficios económicos de manera sostenida y a largo plazo, evitando y reduciendo las repercusiones ambientales y sociales relacionadas  con las operaciones de la empresa al mínimo. ”

El concepto de sustentabilidad en la mayoría de las ocasiones está asociado con el de sostenibilidad hasta el punto de señalarlos como sinónimos, sin embargo no definen los aspectos que los conforman, diversos autores han abordado los conceptos en sus estudios de igual manera, y han determinado que no existe una definición clara y precisa, ya que algunos los relacionan específicamente con el desempeño ambiental, otros lo abordan como una evolución del concepto de responsabilidad social mientras que otros estudios integran el actualidad uno de los enfoques más aceptados para el estudio de la sustentabilidad el cual se denomina Triple Bottom Line (TBL) o enfoque de triple resultado (Ciliberti, Pontrandolfo y Scozzi, 2008; Colicchia, Marchet, Melacini y Perotti, 2013).

En sus primeros años, el significado del término desarrollo sustentable era ambiguo, llevando a una diversidad de definiciones, sin embargo, la definición establecida en la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas se estableció como la dominante, y los debates también se han unido en torno a los tres principios que fundamentan la sustentabilidad (Elkington, 1997, Brundtland, 1987):

  • La integridad ambiental
  • La prosperidad económica
  • La equidad social

Cada uno de estos representa una condición necesaria, pero no suficiente, es decir, si alguno de los principios no es apoyado, el desarrollo económico no será sustentable.

A su vez, con el paso de los años, las organizaciones se han visto obligadas a integrar la sustentabilidad al desempeño de sus operaciones, esta integración ha tenido como resultado las cadenas de suministro sustentables que busca que todos los procesos y operaciones que la integran se desarrollen de manera sustentable, como resultado de esta integración surgen las prácticas sustentables, este nuevo enfoque busca que las actividades de la empresa adopten e integren el aspecto sustentable. (Ciliberti et al., 2008; Colicchia et al., 2013; Lieb y Lieb, 2010; Marchet, et al., 2014; Perotti, Zorzini, Cagno y Micheli, 2012).

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Fuente:http://premio.investiga.fca.unam.mx/docs/ponencias/2018/4.06.pdf

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