El Plan estratégico de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) es comprendida en el ámbito empresarial, hasta la década de los años 60 del pasado siglo XX. Fue entonces cuando se empezó a hablar de estrategia en los negocios, como la determinación conjunta de objetivos de la empresa y de las líneas de acción para alcanzarlos.
Hoy en día, casi todas las Organizaciones formulan su Estrategia, algunas en mayor medida que otras, antes de empezar a actuar.
Puede que no sea fácil determinar una Estrategia RSE, que se ajuste a cada ámbito del negocio. Por ejemplo, la mayoría de las compañías no tiene un Plan Estratégico de Responsabilidad Social Corporativa adecuado, puesto que, para que lo fuese, se debería definir individualmente, es decir, para cada uno de los stakeholders.
Muchas empresas están avanzando en la línea de la Responsabilidad Social, a través de la elaboración de memorias de sostenibilidad, códigos de conducta, códigos éticos o planes de formación.
Aún así, no basta con estas acciones para seguir un rumbo coherente en la Estrategia de RSE, sino que se debe tener claro, antes de nada, cuál es la filosofía de la compañía.
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Otro de los aspectos básicos para incluir la RSE en la Estrategia empresarial
Se debe tener bien definida una misión para cada stakeholder (accionistas, proveedores, empleados, medios de comunicación, instituciones, clientes, etc.). Además, si cada misión persigue unos objetivos en el tiempo, debe existir un Plan de Acción para desarrollarlos y unos indicadores que valoren si se están cumpliendo o no.
Cada vez son más las empresas que han creado un Comité Ético o que solicitan la implantación de una norma que demuestre que son socialmente responsables y estos tienen beneficios. Además del beneficio que supone para todos la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), permite a las organizaciones diferenciarse y ganar en reputación (con los beneficios que de ello se derivan).
Lo cierto es que muchas personas han ganado calidad de vida, gracias que su empresa ha adoptado la Estrategia adecuada en RSE. Como en toda buena Estrategia, se debe conocer el punto de partida para poder definir el objetivo que queremos conseguir.
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